lunes, 4 de enero de 2010

Gafas TV: Una oportunidad para el marketing

En cuestión de unos años, creo que muy pocos, veremos un nuevo elemento que se incorpora a nuestras vidas cotidianas, que podremos ver habitualmente en las calles y sobre todo en las salas de espera y en los medios de transporte. Se trata de las gafas con pantallas integradas. Estas gafas, que ya están en el mercado, pueden suponer una nueva etapa en la comunicación.



Desde la miniaturización de los mp3, el 90% de las personas que nos cruzamos corriendo, de los jóvenes que caminan solos o de los que están en una sala de espera, o de los pasajeros de un metro, llevan los cascos puestos, escuchan la radio o música.

En el caso de los que corren o caminan por la calle será difícil por razones obvias, pero no será raro subir a un vagón de metro y ver la mayoría de caras con unas gafas oscuras y gesto perdido. Lo cual puede ser divertido, si tratamos de adivinar quién está viendo una película de terror, una comedia o ímágenes de amor intenso.

Hoy en día debido a la novedad y como todo producto en pañales, el precio es elevado. Pero le auguro un futuro prometedor, no porque responda al anhelo de ver la tv de forma privada y en cualquier parte, sino por las posibilidades que abre al mundo empresarial de interactuar con los usuarios de formas que ahora no ertan posibles.

Imaginemos que un usuario de metro, o mejor, de tren, sube al vagón para un recorrido medianamente largo y conecta sus gafas para ver su serie favorita. Con la teconología actualmente existente podríamos interactuar con él de formas que ahora no podemos. La diferencia está en la comunicación visual y la auditiva. Si yo voy escuchando mi disco favorito, me repatearía que a través de mis auriculares me repitieran cada parada, me indicaran lo que falta para la mía, etc. Porque la atención auditiva sólo se puede prestar a una señal cada vez y de forma lineal, es decir, si alguien me habla a través de los auriculares no puedo escuchar la música ambas señales se superponen y es muy difícil "elegir con el oído".

Pero con la imagen es distinto, podemos discriminar y aceptamos muchas más señales visuales, no sería problema ver la imagen de mi serie, y en una esquina ver la cuenta atrás para mi parada, o que se muestre en otra esquina la siguiente parada.

La vista nos permite centrar la atención en la imagen o en los datos

Se abre un nuevo mundo para la publicidad en los transportes y en las salas de espera, sitios donde los ciudadanos pueden relajar su atención, no dependen de sus sentidos para su seguridad y tienen la movilidad reducida, en pocas palabras: terreno abonado al aburrimiento. Lo normal ahora es, escuchar la radio o música y leer, y seguramente lo seguirá siendo.

Pero también será cada vez más normal ver personas con estas gafas viendo una película, o la oferta audiovisual que me ofrezca la sala o el transporte, con su correspondiente publicidad, o navegando por internet o jugando.

Solo hay que pensar en que ahora los móviles pueden hacer de todo, pero en una pantalla reducida, pensemos en esas posibilidades con una pantalla de 32 pulgadas que es a lo que equivale la visualización en esas gafas.

Con una conexión abierta a través de Bluetooth, o WiFi o WiMax se puede interactuar con los reproductores para que muestren en pantalla información procedente del espacio en el que nos encontramos, y con un buen CRM y detección de presencia se puede personalizar esa infromación.

Esto no es una cuestión del futuro, la tecnología y las herramientas están todas en el mercado, ahora solo falta saber aplicarlas y canalizar esas posibilidades en la economía de mercado. La industria del marketing del contenido audiovisual tiene ante sí una nueva dimensión, nuevos espacios y nuevos espacios de tiempo (el de los trayectos o los de las salas de espera) en los que operar, y de forma personalizada.

Quizá el primero en llegar a comercializar ese marketing , no triunfe, pero los que vengan detrás se van a forrar.

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